Soy adicta a tí.

Porque es un vicio tu piel, quiero que te dejes querer. Debe de ser el perfume que usas, o el agua con la que te bañas. Son tus ojos marrones, es tu cara de niño y esa risa nerviosa. Tu recuerdo ha quedado así como broche prendido en mi almohada, lo que no tiene nombre lo logró tu mirada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario